El trabajo de Joaquim Chancho (Riudoms, 1943) se enmarca en unas coordenadas entre las que se ha movido con libertad: abstracción, geometría, acción dentro de la pintura, secuencialidad y procesos reiterativos pero abiertos. En la mayoría de series ha optado por la limitación del color al blanco y el negro; en otros, añadiendo el rojo o colores terrosos.
Premio Julio Antonio de Escultura y Premio Tapiró de Pintura
Altafulla y crisantemos (1989) es una obra de Josep Sala (Barcelona, 1928 – Altafulla, 2010) realizada en óleo sobre lienzo de 200 × 200 cm.
La larga proyección artística de Mariano Rubio (Calatayud, 1926) se caracteriza por la absoluta coherencia que surge de su adscripción a los ideales renacentistas aplicados plenamente al arte, no solo en su producción pictórica y gráfica, sino en su labor como docente y, también, en la amplia labor como estudioso del arte gráfico.
El mundo de Gonzalo Lindín (Oviedo, 1920 – Tarragona, 1999) queda recogido en una espléndida obra rica en colores y formas que configuran el lenguaje propio del artista.
En esta pintura sobre lienzo, Ignasi Mallol (Tarragona, 1892 – Bogotá, 1940) responde a la esencia del Novecentismo, donde la sensación de reposo, serenidad y calma impregna la atmósfera de la obra.
Las gracias (1898), una obra de Josep Sancho Piqué (Marçà, 1872-1959) que se enmarca dentro del realismo tradicional, de raíz academicista, en el que se valora ante todo el oficio, el buen gusto, los temas dignos y la composición clásica.
La esfinge de Roscoff (1910) obra de Josep Nogué Massó muestra una una panorámica de la escarpada costa de Bretaña, más concretamente de la localidad de Roscoff.
TRANSICIÓN. El paso del s. XIX al XX