Exposición Temporal
Boca Bola. Ariadna Parreu
30/05/2024 - 01/09/2024
Una O dibujan los labios para convertirse en el orificio de voz, abriendo un abismo circular y largo, un plano doblado, perforando el signo y proyectando lo circular en el espacio. La O como un orbe del giro de un cuerpo cuando se toca. Con la O escribo un infinito, con la O la boca inscribe un infinito, un agujero se abre claramente en una depresión oscura de la piel que conecta con el anO para regresar a esta superficie epidérmica y convertirse en un anverso-reverso.
Orificio, que fue boca, pero su etimología es carnosa y redonda, una concavidad hinchada, una bola, haciendo bola. Así el pliegue no es agudo, sino una vibración ondulante cóncava-convexa, y lo que está dentro sale de fuera, y el agujero se confunde con la mejilla o la nalga. Una inflamación del conducto. “Orificio, el dentro que se siente afuera.”
Boca es bola por pérdida del rostro.
Nació retrato, y se convirtió en paisaje. El Camp de Tarragona como un hiperobjeto[2] de experimentación alquímica. Cada estancia de la sala resulta ser una fase de la alquimia tradicional, la alquimia de la piedra, es decir, la inorgánica en la etimología, orgánica en la epistemología;[3] aquella que transforma y no transmuta, esta otra podría ser mis pulmones con su inhalación de oxígeno y la exhalación de dióxido de carbono. Lo que les diferencia no es la escala; es el círculo, el ciclo, la O. Se podría diferenciar entre la patriarcal y la matriarcal. La primera como una invasión, un genocidio, una dominación de los cuerpos a través de la destrucción, con armas sólidas o de gas; la segunda, con la creación como su raíz secuestrada por la modernidad, la crianza, los cuidados y las criaturas, todas, humanas o casi o no tanto. Pero me quedo con esta cita:
“El saber alquímico se basa en la idea de que la materia orgánica con la que trataba el alquimista en su laboratorio estaba conectada con el alma del ser humano a través de un sistema de misteriosas correspondencias y que era posible […] construir un puente entre el caos de la materia inorgánica y la armonía del cuerpo vivo.”[4]
[1] Nancy, Jean-Luc. Corpus. Arena Libros, pág. 95.
[2] Término de Timothy Morton.
[3] La química orgánica o química del carbono, ampliando lo orgánico no solo a organismos vivos.