Silenci diari (2004)

Silencio diario

Las recientes instalaciones que ha realizado Ester Ferrando (Reus, 1972) son una provocación para que el espectador, en un ejercicio de introspección, reflexione sobre algunos aspectos de la vida cotidiana.

Esta obra, pieza de un elemento de uso doméstico, nos remite al espacio más íntimo de nuestra cotidianeidad. El lugar del baño, de la higiene personal, donde nos desnudamos, donde nos deshacemos de las tensiones, de las malas sensaciones, los nervios, donde encontramos un espacio que hacemos propio e intransferible, donde nos sentimos bien, flotando, relajados, dejando que el agua se deslice sobre la piel, desde la cabeza hasta los pies, liberándonos de la pesada carga diaria, donde podemos pensar sobre nuestras preocupaciones, donde reflexionamos, un espacio silencioso e íntimo.

“Cada día se pierde algo por el agujero de la ducha”, anota la artista en su cuaderno de trabajo como balance de la lucha por el equilibrio entre el yo y el tiempo y los demás. Y es a través de esta noción de escurrirse y de disolución que se produce incluso en el espacio de la intimidad, representada simbólicamente por desagües sobredimensionados, que Ferrando evita el enclaustramiento en estos espacios de reflexión, el silencio diario del acto de reencontrarse a uno mismo se convierte en una metamorfosis de renovación. Porque no son solo el tiempo y el mundo exterior los que se escabullen, sino también el ser mismo, que no cesa de difuminarse y de reconstituirse. Este cambio toma forma mediante la transformación de algunos objetos usuales que adoptan nuevos significados en el seno de este universo casi abstracto, desnudo, de líneas simples, que refuerza a su vez la trascendencia del tema propuesto y la simplicidad de su fondo. Además, haciendo honor al aspecto más primario de su arte, a menudo Ferrando modela piezas únicas que se integran en el conjunto de la instalación, como metáfora de su actividad: llevar la creación al centro de la vida para modificarla o hacer resaltar los rasgos que más le interesan.

Es así como Ferrando introduce el concepto en la materia. La peculiaridad de su lenguaje artístico, en el que se articulan abstracción y cotidianeidad, revela con una estética minimalista el valor de los pequeños gestos desapercibidos que despiertan la estupefacción ante el poliformismo de la vida.

 

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