Realitzada en el año 1910 por Josep Nogué Massó (Santa Coloma de Queralt, Cataluña, 1880 - Huelva, Andalucía, 1973), originalmente estaba formada por tres plafones, pero en la actualidad le falta la parte lateral izquierda.

Se trata de una panorámica de la escarpada costa de Bretaña, más concretamente de la localidad de Roscoff, con un acantilado conocido por la extraña similitud de su morfología natural con la Esfinge de Gizeh, una visión romántica e intensamente melancólica, a la cual Nogué supo trasladar al lienzo, con un admirable acierto, la atmósfera de la nieblina y el irascible océano de este enclavamiento singular del litoral atlántico francés.

Una de las características de esta obra es el tratamiento que el artista da a la pintura, configurando la superficie del cielo a partir de la técnica del divisionismo (técnica consistente en aplicar pequeñas manchas de color que, observadas a cierta distancia, dan la sensación de conjunto), típica de los neoimpresionistas, que Nogué conoció cuando pasó por París en dirección a Bretaña.

La investigación pictórica de José Nogué, motivada por el estudio de la luz, será una constante que definirá la evolución de su trabajo. El autor se aprovechó de esta técnica para mejorar su representación de los espacios iluminados directamente por una fuente en el interior de la obra.

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